3 jul 2010

Somewhere I belong



















Mirar un cuadro y sentir pena. No sabes por qué lloras, pero en el patetismo de tu vida encontraste un lugar en el que quedarte, sin llegar a pensar en las razones por las que fuiste atraído por su fachada.

Me moría de ganas de tener una familia, un sitio al que llamar hogar, para que mis sueños no se los llevara el viento, ni se congelaran con el frío que hacía bajo aquel puente. Buscando un sitio al que pertenecer, y que cuando preguntaran: “Where are you come from?”, no me quedará mirando mis manos cianóticas y sucias. Un sitio…donde poder ser yo.

Y cuando creí haberlo encontrado no me importó si era mejor o peor. Creía que tenía derecho a quedarme, por ser quien soy, por haber hecho lo que he hecho.

Hasta que un día, como hoy, te das cuenta de que todo lo vivido sólo era un sueño tras el fuego de una cerilla. Que no sientes en los demás el júbilo por que llegaste. Que no piensas en dar las buenas nuevas, ni las malas…

Que no te necesitan ya… Que tienen su propia vida… y yo… no estoy en ella.

Mátame si algún día sabes que no los quise… Pero la rutina de mis actos se pasea por aquellos pasillos mal ventilados. Y no soy una persona estable… pronto volveré.

Volveré a irme sin rumbo para cambiar de aires. Por que mi nueva vida empezó el día que dejó de latirme el corazón. Un frío día de enero que todavía se ríe en mi cara por mis estúpidas excusas.

Buscaré una selva virgen… Donde ningún sistema de posicionamiento me encuentre, y me llevaré sólo a quien siempre me querrá…

Mi libro de hormigón con el que me protejo el corazón.

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